Desde hace años un sector importante de la comunidad
científica demanda cambios y una modernización de los institutos científicos,
especialmente los agrupados en el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología
(SINACYT), para que respondan rápidamente a la solución de las necesidades del
país.
Si bien es cierto que estas instituciones trabajan en base a
lineamientos y planes nacionales e institucionales estratégicos, su estructura
carece de la flexibilidad necesaria para involucrarse en la solución de los
problemas nacionales más acuciantes que van surgiendo cada tanto. Por ejemplo,
en el caso del proyecto minero Conga la reacción de las instituciones
científicas para dar respuestas técnicas fue nula. Otro caso, el 19 de agosto 2012
el diario El Comercio publicó una extensa nota con opinión de dos altos
expertos en agua bajo el epígrafe “Ante
la sobreexplotación de los acuíferos de Ica: ¿Cuáles son las medidas más
adecuadas para evitar la escasez de agua”, situación que puede
generalizarse a casi todas las regiones de la costa peruana. En el artículo solicitaban
urgentemente realizar estudios para identificar los puntos para la recarga del acuífero
de la región, la única solución inmediata a la escasez de agua que hace
peligrar la sostenibilidad de la actividad agroexportadora de Ica.
Es en este contexto donde se identifica a la hidrología isotópica como una herramienta
científica accesible para la búsqueda de una solución viable. La hidrología
isotópica es una tecnología aplicable en la investigación para un amplio espectro de
problemas hidrológicos de los recursos de agua y estudios ambientales
relacionados, mediante ella se puede determinar los parámetros hidrogeológicos,
las zonas de recarga y descarga, la estimación del volumen o “colchones” de
agua subterránea, también la relación entre los acuíferos y las aguas
superficiales, etc.
El hombre desde hace más de un siglo viene utilizando las
aguas subterráneas como una fuente de abastecimiento para uso doméstico o agrícola,
complementando o sustituyendo a las aguas superficiales, cada vez más escasas o
contaminadas. Sin embargo, en varias regiones del mundo la calidad y disponibilidad
de las aguas subterráneas ha ido disminuyendo, contaminándose o salinizándose.
Los investigadores para caracterizar o determinar el comportamiento
de los ciclos hidrológicos emplean los isótopos ambientales, los mismos que pueden ser
estables o radiactivos, algunos se encuentran en estado natural o pueden ser producidos
artificialmente por el hombre. Los isótopos estables
más comunes son el deuterio y oxígeno-18 y los isótopos radiactivos el tritio y carbono-14, estos dos últimos isótopos
naturalmente son producidos por la radiación cósmica. Las explosiones
atómicas durante la segunda guerra mundial y los cientos de ensayos atómicos que realizaron hasta la década de los años 70 han incrementado el
inventario de estos isótopos en la atmósfera.
Uno de los isótopos de singular importancia es el tritio que
tiene un período de semidesintegración de 12,34 años (Cada 12 años se desintegra la mitad de los núcleos de una
muestra inicial). Entonces, el fallout
radiactivo acumulado en la atmósfera producto de los ensayos nucleares que
se ha precipitado en forma de lluvia está distribuido en casi toda la superficie
de la tierra y permanece en el subsuelo. Por esa razón, los investigadores
prestan especial atención a la medición del Tritio para determinar
las recargas recientes de los acuíferos y aguas subterráneas. El principio es
sencillo: si una muestra de agua subterránea contiene una cantidad
significativa de Tritio es una señal que el agua se ha recargado en las últimas
décadas.
En la hidrología isotópica los investigadores también utilizan
otros isótopos radiactivos como trazadores
para identificar las filtraciones en diques, medición del caudal y
dirección de las aguas subterráneas, etc., siendo uno de ellos el caso del nitrógeno-15.
Estudios hidrológicos usando esta tecnología ya se han realizado en
los países de la Región de Latinoamérica con asistencia del Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA), inclusive en el Perú entre los años
2000-2005 se hicieron investigaciones del Acuífero Binacional Zarumilla
(Ecuador y Perú) y el Acuífero del Alto Piura. Queda replicarla para la región Ica.
(Foto: IAEA)